Puentes Educativos - Notas
En el Día Internacional de la Alfabetización, compartimos la visión de educadores y especialistas del ecosistema educativo argentino.
Por RedacciónEn 1967,
la ONU y la UNESCO declararon al 8 de septiembre como Día Internacional de la Alfabetización. En todo el mundo se celebra
este día, con el objetivo de concientizar e instalar en la agenda pública, la
importancia de la educación en todas las sociedades. El objetivo es seguir
reduciendo el alarmante número de 773 millones de adultos en el mundo que no
poseen las competencias básicas en lectoescritura. En Argentina, con la llegada
de la pandemia, todo el ecosistema educativo se tuvo que enfrentar a muchos
obstáculos, para poder garantizar lo básico: “que los alumnos de todos los
niveles y de todos el país, pudieran seguir de alguna manera conectados con la
escuela y el aprendizaje”.
Los 5
desafíos de la educación post pandemia
Sin
pedir permiso, un buen día del pasado 2019, la pandemia irrumpió e impactó de
lleno en todo el planeta. No importa en qué lugar hayas estado, o en qué
situación te haya encontrado, y mucho menos, a qué clase social pertenezcas,
nadie pudo ni puede escapar a los efectos de una crisis sanitaria y económica
mundial sin precedente en la historia cercana de la humanidad. La dinámica
social y familiar sufrió cambios de la noche a la mañana, las prioridades y
necesidades de cada comunidad, de cada familia cambiaron, y en muchos casos,
para siempre.
En un
escenario envuelto por la incertidumbre, la escuela pasó a estar en el centro
de la escena, lugar que jamás debería haber perdido. Su rol educativo y social,
pasó a ser determinante para las familias, docentes y directivos, pero principalmente
para los niños, niñas y adolescentes de nuestro país. Podríamos afirmar que hoy
los desafíos son muchos, pero hay cinco que exigen respuestas complejas y
profundas.
El desafío de reincorporar a los alumnos que
abandonaron en pandemia
Los
efectos de casi dos años sin clases presenciales - con alternancias en algunas
zonas del país en ciertos momentos de esta larga pandemia que todavía
subsiste-, evidencia graves consecuencias estructurales del sistema educativo.
De un momento a otro, 1516 millones de alumnos en el planeta tuvieron que
empezar a estudiar a distancia. En la Argentina esa cifra alcanza los 11
millones. Claramente, los sistemas y la comunidad educativa no estaban
preparados y tuvieron que encontrar los modos de acompañarlos para que el proceso
de aprendizaje no genere un daño sin precedentes.
En el
camino quedaron muchos alumnos fuera del sistema educativo. De acuerdo con la
evaluación de continuidad pedagógica que el Ministerio de Educación realizó en junio de 2020, se detectaron 1,1
millones de niños, niñas y adolescentes que por diferentes motivos se habían
desvinculado de sus escuelas y de las clases remotas. Estamos hablando de un
10% de los 11 millones de alumnos que componen la matrícula de los niveles
inicial, primario, y secundario. Si bien en algunas zonas del país, se hicieron
algunos esfuerzos por ir en busca de aquellos alumnos que nunca se conectaron
en pandemia, nada fue suficiente para lograr su reincorporación.
“Es
sumamente importante que las instituciones tomen como base lo construido y
aprendido, así como todas las capacidades y condiciones con las que cuentan,
para potenciarlas al máximo. Aquí es clave comprender que no es la institución
educativa del 2019, ni la del 2020, sino que es otra, donde hay cuestiones que
van a continuar; otras que no lo harán y otras que se van a incorporar haciendo
extraordinario lo cotidiano en cada contexto”, declaró Horacio
Ademar Ferreyra, Secretario de Educación de la Municipalidad de Córdoba.
El desafío de impulsar la inclusión digital post
pandemia
Luego de
desatada la pandemia, las tecnologías digitales cobraron una nueva centralidad
en la agenda de la política educativa. Las autoridades nacionales y
provinciales desarrollaron un conjunto de respuestas educativas digitales de
emergencia para sostener la escuela sin presencialidad. Todo esto en un país
con altos márgenes de desigualdad, donde la brecha digital ya era una
problemática pre pandemia. Según la UNESCO,
en Argentina 1 de cada 5 estudiantes de primaria no tiene Internet en su casa,
es decir un 19,5% no tiene posibilidad de estudiar online. En el ámbito
secundario también se observa la misma dificultad, un 15,9% no tiene acceso a
Internet. Para ser más claros, los datos del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) de Argentina, son
contundentes: cerca del 40% de los hogares argentinos no cuentan con acceso a
internet fijo.
Definitivamente,
acortar la brecha digital entre las distintas clases sociales y zonas
geográficas del país es fundamental en un contexto de pandemia, pero también
para lo que se viene post pandemia. Todo indica que escenarios de educación
híbridos (presencial/virtual) van a ser muy recurrentes en los ciclos escolares
venideros, porque la tecnología llegó para quedarse y sumar, y no para dividir.
La Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica muestra que en
2020, el 48% de las y los jóvenes manifestaron que durante la pandemia
aprendieron a utilizar más y mejor las tecnologías -computadoras, redes
sociales y aplicaciones para la comunicación y aprendizaje a distancia-, por
fuera de su actividad en la escuela (Secretaría de Evaluación e Información
Educativa -Ministerio de Educación [SEIE-ME] / UNICEF, 2020).
La
tecnología no es una enemiga, el objetivo es complementar y no reemplazar roles
ni funciones, ya que la presencialidad es insustituible en el proceso de
formación y de construcción de vínculos sociales de un niño, niña o
adolescente. La posibilidad de evaluar escenarios híbridos, permitió el
surgimiento de interesantes propuestas como “Aula en Casa” de Educabot. Se trata de una plataforma
con una interfaz sencilla, de rápida implementación y con acceso inteligente
que ofrece a más de 50 mil usuarios de 7 países de América Latina la
posibilidad de contar con una plataforma educativa gratuita en pocas horas.
“Hoy los
sistemas educativos necesitan recuperarse del shock de la pandemia. Cada uno de
los actores que participamos de la comunidad educativa tenemos el desafío de
seguir trabajando para que la escuela aproveche las soluciones tecnológicas
para promover un entorno en el que cada estudiante sea protagonista no sólo de
su aprendizaje, sino también de su futuro”, dijo
Matías Scovotti, CEO y Cofundador de
Educabot.
La
pandemia mostró la importancia de la conectividad y la infraestructura
tecnológica para chicos y chicas y también para los hogares. “Uno de los
aspectos clave para la educación post pandemia es pensar a las tecnologías como
bienes públicos y a la conectividad como un derecho. En este sentido, es
fundamental avanzar en la creación de una canasta básica digital que permita
ampliar el acceso y la apropiación de estos recursos”, subrayó María
Teresa Lugo, Especialista en Políticas TIC y Educación.
El desafío de recuperar el terreno perdido en
materia de aprendizajes
El
formato de la educación a distancia debe contar con nuevos elementos para
desarrollarse de manera eficaz, y al mismo tiempo poder ensamblar con el
regreso a las aulas que necesitan incorporar nuevas propuestas digitales,
pensadas y diseñadas de acuerdo a cada plan educativo, sin dejar de lado la
realidad de cada escuela y alumnado del país. Si hay algo que se ha
puesto en evidencia debido a la pandemia, es la desigualdad digital pero
también social, al mismo tiempo que la falta de interesantes propuestas de
mejoras de los aprendizajes, porque no todo es tecnología, no todo es
presencialidad. Si queremos bajar la tasa de deserción escolar, el desafío está
en proponer alternativas que atraigan el interés de los alumnos.
En esta
línea de ver cómo recuperamos el terreno perdido en materia de aprendizajes y
el entusiasmo de los alumnos en sus distintas edades, trabaja la plataforma
Matific, pensada y diseñada para la enseñanza de las matemáticas en los niveles
inicial y primario. Un enfoque único para enseñar matemáticas jugando, desde
jardín de infantes a sexto año en escuelas de todo el mundo, mediante
minijuegos prácticos e interactivos. Un sistema de aprendizaje en espiral
modular y progresivo, adaptable a los diferentes planes de estudios de cada
país, región o zona –con la posibilidad de ser aplicado online y offline en
aquellos lugares/escuelas sin conectividad-.
“El
valor agregado de Matific también está relacionado con su aporte que hace para
mejorar el diseño de políticas públicas. Por esa razón, trabajamos junto con
los Ministerios de Educación Nacionales y también jurisdiccionales en Chile,
Colombia, Perú y también en el marco del Plan Ceibal de Uruguay. En todos los
casos, e incluso en contexto de pandemia, se han obtenido mejoras generales en
los aprendizajes de matemática cercanas al 20%. Pero lo interesante es cuando
nos focalizamos en aquellos estudiantes con mayores dificultades: la mejora
asciende a un promedio del 45%”, señaló
Martín Salas, Account Manager de Matific
para América Latina.
El desafío de mejorar y fortalecer la gestión
educativa institucional
La
pandemia nos invita a repensar la escuela del mañana, una discusión que venía
quedando postergada y que la crisis puso en agenda. ¿Cuál es la clave para una
verdadera transformación educativa? La clave es trabajar colectivamente,
escuchar las voces de los alumnos, pensar en lo que están necesitando; pero
también rescatar y resignificar el rol del docente. Así lo piensa Eutopía, un
modelo educativo inclusivo e innovador impulsado desde la Vicaría Pastoral de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, en
alianza con la Organización de Estados
Iberoamericanos y cuenta con el apoyo de
Fundación Telefónica Movistar y “La
Caixa” Foundation, a través del proyecto ProFuturo.
Luego de
tres años de implementación en escuelas porteñas, en 2020 la red escaló federal
y regionalmente, para llegar en la actualidad a más de 80 escuelas de 15
provincias y también de Colombia. Participan escuelas de gestión estatal (30) y
privada (50), de niveles inicial, primario y secundario, y diversas
modalidades.
“Los
cambios culturales, profundizados por la pandemia, nos exigen revisar los modos
de pensar y hacer la enseñanza, a partir del reconocimiento de las formas de
aprender y crear conocimiento en la contemporaneidad. Es fundamental el liderazgo
de los directivos a la hora gestionar transformaciones, en contextos sociales
de incertidumbre y complejidad educativa. El desafío es gestar y favorecer las
condiciones institucionales para el aprendizaje colectivo de docentes y
estudiantes”, sostuvo Luciana
Alonso, Directora de la Alianza que impulsa Eutopía.
Por su
parte, Pablo Bongiovanni, Dr. en
Educación y Docente de la Universidad Católica de Santa Fe, expresó: “una
nueva relación pedagógica puede estar a punto de comenzar con la incorporación
de los modelos híbridos. Para ello necesitamos diseñar propuestas híbridas con
un fuerte foco pedagógico-didáctico que puedan llegar a cada alumno y alumna, a
sus familias, sus contextos, sus posibilidades, más allá de toda coyuntura.
Tenemos una escuela que pide a gritos ser renovada”.
El desafío de promover esquemas de formación y
desarrollo de habilidades post pandemia
La
pandemia aceleró la transformación digital en el sector productivo para lo cual
es necesario generar una propuesta de formación para los jóvenes en habilidades
del siglo XXI, pensando en un mercado de trabajo continuamente en movimiento, y
en nuevas demandas y necesidades de profesionales en un mundo cambiante, y cada
vez más digitalizado.
Repensar
la oferta educativa en el marco de un escenario productivo pos pandemia, sería
el camino ideal para una transformación con visión a futuro, porque el vacío en
este aspecto es evidente y lo muestra el informe Ideas para la Argentina del
2030, publicado por la Jefatura de Gabinete de la Nación, el cual señala que
cerca del 50% de las empresas tiene dificultades para cubrir los perfiles
profesionales adecuados debido a falta de competencias técnicas (27%), falta de
experiencia (20%), falta de candidatos que se postulen (19%).
Esta
situación se profundizó con la pandemia, sin ir más lejos, el Banco
Interamericano de Desarrollo, asegura que el 65% de los trabajadores de la
Argentina se encuentran en ocupaciones que podrían ser automatizadas.
Definitivamente, el escenario post pandemia no será nada sencillo para nuestros
jóvenes.
“Si
pretendemos crecer económicamente, se necesita definir el perfil productivo del
país y orientar en el mismo sentido las políticas de empleo y formación. Sin
dudas, tal esfuerzo requiere de estrategias sostenidas en las que Estado,
sector productivo y sector formativo trabajen en conjunto”, concluyó Santiago
Fraga, Director de la iniciativa Futuro
del Trabajo.